Talavera llegó a tener tres líneas de murallas, la primera es la que mejor se conserva, pero ahora nos centraremos en la segunda, datada entre los siglos XII y XIII.
Fue levantada en tapial de barro, por lo que con el paso del tiempo no quedan prácticamente restos, tan solo el arranque anexo a la primera línea de muralla situado en la calle Carnicerías. Sufrió numerosas reparaciones e incorporaciones, y contó con numerosas puertas.
De estas puertas hoy en día tenemos la suerte de poder observar la Puerta de Sevilla, situada en la calle Carnicerías; la Torre del Polvorín, situada en la convergencia de las calles Ronda del Cañillo y Cabeza del Moro; parte de la Puerta de Zamora, situada en la Plaza de Zamora; y una torre en la Plaza de San Miguel.